Por: Arturo Andrade
Pastor ICCC-Cedritos

Nos gusta escuchar palabras bonitas y unos más que otros, buscamos y disfrutamos de las relaciones que nos proveen de este tipo de expresiones. Parece que el ser humano esta diseñado para recibir amor y palabras de aprecio y aceptación, es una tragedia cuando un niño es rechazado y maltratado verbal y físicamente. Es terrible pasar la vida sin escuchar que somos amados y aceptados.

Tal vez por eso las palabras amables y cariñosas, abundan en las canciones románticas, que suenan una y otra vez en muchos lugares, hasta en las películas de acción los protagonistas en medio de las persecuciones y las balas se expresan su amor.

El apóstol Pablo escribiendo a los Filipenses les dice: “…los llevo en el corazón…Dios es testigo de cuánto los quiero a todos con el entrañable amor de Cristo Jesús.” Que ejemplo para nosotros los cristianos hoy, sin duda nuestro celo por extender el Reino de Dios muchas veces no nos deja expresar nuestro cariño unos por otros, sino más bien estamos listos para declarar lo que pudo hacerse mejor o lo que no fue tan bueno, olvidando que servimos al mismo Señor.

Animémonos con valentía a decir a nuestros hermanos en Cristo que los amamos, expresemos con palabras el amor de Dios a los que nos rodean, sigamos el ejemplo bíblico y que abunden con generosidad aquellas frases que demuestran que somos discípulos de Jesús. Aunque con toda razón las palabras no son suficientes y es una realidad que la inconsistencia entre lo que se dice y lo que se hace en esta materia, es muy doloroso; pues, como se le explica a un niño que su padre dice que lo ama y le incumple promesas, un esposo que inunda a su esposa de cariño pero lo sorprenden siendo infiel, un cristiano que abraza y sonríe a su hermano pero está listo a murmurar a sus espaldas.

Así que es importante, pero no es suficiente tan solo decirlo, el apóstol Pablo nuevamente nos ayuda en este dilema, el amor tiene su soporte en la vida practica, cuando se refiere a los Filipenses les resalta su capacidad de servicio y su disposición a trabajar juntos en la extensión del Reino, es decir podemos saber quien nos ama y no solo porque nos lo expresa sino porque nos sirve… podremos saber a quien amamos pues es a quien servimos de manera incondicional, sin esperar nada a cambio.

Otro indicador de amor es nuestra oración intercesora, el apóstol se atrevió a llamar a Dios como testigo de su amor, porque constantemente estaba hablando con El acerca de estos creyentes y pedía que el amor abundara, que fueran sabios, puros, irreprochables, llenos de fruto de justicia; es muy importante notar que su amor le impedía levantar oraciones de juicio sobre estos hermanos. Cuanta falta nos hace respaldar nuestro cariño visitando el trono de Dios en nuestro lugar secreto, pidiendo por aquellos que amamos y es un llamado para todos, que nuestra intercesión alcance a la gente mas allá de nuestra familia, iglesia , comunidad, que llegue a aquellos que no son como nosotros, los que nos son fáciles de amar, a los que nadie quiere, así que ama… dilo… muéstralo en servicio… llama a Dios como testigo de tu amor… pues son las MARCAS DE UN VERDADERO DISCÍPULO DE JESÚS.